Y aunque es una actividad que aún les cuesta, cada vez van demostrando mayor destreza.
Además hoy el objetivo principal de la actividad era que disfrutaran recortando sin sentir la "presión" de tener que hacerlo bien. Lo importante era intentarlo, sin miedo, y divertirse.
Para ello les preparé diferentes trazos en retales de cartulina viejos y ellos tenían que intentar recortar por la línea.
Antes estuvimos recordando cómo colocar los dedos y las normas básicas: solo se recorta el papel y nada de jugar con las tijeras.
Algunos incluso se animaron a realizar el puzzle con los recortes.
Hay que tener en cuenta lo difícil que es recortar en edades tan tempranas y lo que supone lograr esa coordinación entre el cerebro y la mano, así que tengo que hacer una valoración muy positiva del resultado.
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